Flamenco Guadalquivir.

Es un placer para mí presentarles la primera colaboración para #Flamenlove.
#FlamencoGuadalquivir es una etiqueta creada en Instagram por mi querida Vania Dos Reis, un chica muy talentosa que ama y respeta el flamenco tanto como yo. Los invito a leer este interesante artículo escrito por ella y en el cual habla de los cantes flamencos, espero lo disfruten tanto como yo.   


El cante y su esencia.

Desde que el flamenco tiene memoria y auto-consciencia puede decirse que ha dedicado esfuerzos a definirse y a tratar de explicarse a sí mismo. Son muchos los artistas flamencos y/o flamencólogos que, a pesar la dificultad que ello implica, han intentado bosquejar con palabras lo que brota del toque, del baile y sobre todo, del cante.

A esto, cabe destacar lo dicho por Fernando Barros Lirola (2018), quien considera al cante como la esencia del flamenco, siendo este una forma de interpretación vocal de carácter melismático e improvisatorio. De esta manera, no puede entenderse al flamenco sin la intervención vocal del cantaor, pues trae consigo la capacidad de producir sentimientos, melodías y armonía para conectarse con el público.

En segundo lugar, el aspecto fundamental a tomar en cuenta cuando hablamos de cante es su carácter indiscutiblemente individual. El cante nació de la voz popular pero a un nivel personal, con todo su abanico temático y poético sobre la vida y la muerte, el dolor, la separación, el gozo… transmitido en un acto de comunicar y  hacer sentir la intensidad de las propuestas, para luego ser interiorizadas e intensificadas por el público según el talento persuasivo del artista (Barros Lirola, 2018).


Clasificación del Cante.

Existen distintas maneras de clasificar el cante en el flamenco; sin embargo, me decanto por la que expone el flamencólogo Luis López Ruiz (2007), autor de la “Guía del Flamenco Básica de Bolsillo” (aquí entre nosotros, mi biblia flamenca), por ser el que, a mi juicio, se encuentra más completo. El autor identifica tres grandes grupos divididos de la siguiente manera:

a)    Cantes básicos y derivados: toná, carcelera, debla, martinete, saeta, seguiriya, soleares, tangos, tanguillos, tientos, polo, caña, liviana, serrana, romance, cantiñas (compuestas por supuesto de las alegrías, romeras, mirabrás y caracoles), alboreá, peteneras y bulerías.

b)    Fandangos y sus derivados: los llamados fandangos locales (de Málaga, Huelva, Almería, Lucena, Granada, entre otros…), malagueñas, verdiales, jaberas, rondeñas, granaína, media granaína, minera, cartagenera, taranta y taranto.

c)    Cantes aflamencados (de procedencia folclórica regional o hispanoamericana): bamba o bamberas, nana, mariana, sevillanas, campanilleros, villancicos, farruca, garrotín, guajiras, milonga, vidalita, colombiana, rumba y zambra. 

Otros Grupos:

Dentro de estos grandes grupos, cabe destacar a otros conjuntos que conceden de igual forma otra manera de identificar mejor un tipo de cante de acuerdo a su procedencia geográfica o particularidad en su estilo interpretativo.

Según el blog de Iniciación al Flamenco (2011) estos son los más destacados:

  1. Cantes de levante: también llamados Cantes Mineros. En su mayoría se le relacionan con el fandango y  los palos aflamencados. Se dice que su origen y su configuración característica provienen de la taranta. Su temática gira alrededor del mundo de la mina (aunque no sólo de ella), y es de destacar que a menudo hay más expresiones de denuncia social que en otros cantes flamencos. Dicho grupo nació geográficamente de las minas de Almería, la Unión en Murcia y Linares en Jaén y dentro del mismo podemos incluir a la taranta, el taranto, la minera, la cartagenera, el fandango minero.
  2. Cantiñas: se trata de una serie de cantes provenientes de Cádiz, Jerez y Los Puertos. Se suele hablar de ellas para referirse a un popurrí de varios de estos cantes interpretados por un artista en un momento dado, pero también se habla de cantiñas propiamente dichas para referirse a un tipo específico, como por ejemplo las cantiñas del Pinini, o  algunos  cantes similares a las alegrías con un compás más lento. Su compás es el de la soleá, aunque el tempo es más rápido, debido a su carácter festivo. Suelen conservar en sus letras frases y motivos de tonadas populares del área gaditana durante los años de la Guerra de la Independencia, entre ellas la "jota de Cádiz". Entre ellas están las alegrías, romeras, mirabrás y caracoles.
  3. Cantes de ida y vuelta: Se denominan así a formas aflamencadas de cantes procedentes de canciones hispanoamericanas con origen diverso. En realidad, su proceso de gestación coincide con el del propio flamenco, más aún si tenemos en cuenta la extensión de los cantes de origen africano e indiano en la península a lo largo de los siglos XVII y XVIII, y el papel fundamental de Sevilla y Cádiz en este proceso. Dentro de este grupo se destacan la milonga, la vidalita y las guajiras.


Cantes Bailables y No Bailables.

Es preciso revisar un pequeño pero importante apéndice de la clasificación del cante ya dada, pues es de especial interés para quienes estudiamos con  el motivo de conocer más de flamenco para así bailarlo e interpretarlo mejor. López Ruiz (2007)  esboza como cantes no bailables a la carcelera, saeta, cartagenera, malagueña, taranta, bambas, colombiana, milonga y nana.

Considerar un cante bailable o no -como cualquier otro juicio de valor u opinión dentro del flamenco- no está exento de subjetividad. Hay quienes en su afán por defender el purismo del cante no considerarían más de cuatro o cinco tipos como bailables. Sin embargo, y para seguir con la misma línea que llevamos, esta clasificación nos demuestra dos cosas:
  1. La gran evolución del flamenco a lo largo de los años, tomando en cuenta lo relativamente tardío de la incorporación del baile al mismo en relación con la gran cantidad de palos que hoy día son considerados bailables.
  2. La misma longevidad del cante, por permitirse reinventarse con el tiempo y extenderse más allá de sus fronteras originarias.
Basta con vídeo-documentarse y ver cómo cantaores, músicos y bailaores han llevado nuevas propuestas a la intimidad del tablao o la grandeza del teatro, rescatando cantes en desuso o renovando las estructuras más tradicionales dentro de su repertorio bien sea a través de la danza, la incorporación de nuevos elementos, instrumentos musicales  u otros recursos, como el vestuario o la iluminación. Siendo así, puede que no falte mucho para ver uno de estos cantes siendo interpretados por medio de la danza.


Algunas consideraciones o recordatorios:

  • Los estilos o cantes como los conocemos hoy día comienzan a perfilarse a mediados del siglo XVIII. Durante esta época se logra identificar a dos grupos maternos: los cantes básicos integrados por la toná, seguiriya, soleares y tangos y los fandangos con sus derivados.
  • Hay quienes insisten en clasificar el cante entre cantes chicos y cantes grandes; a esto, se asume que el cantaor es quien imprime la grandeza en el mismo, sin importar su procedencia.
  • Se debe tomar en cuenta que el clasificar a los tipos de cante como bailables y no bailables nos conduce a una característica secundaria que, aunque necesaria y valiosa,  no es suficiente para generar una clasificación completa del cante flamenco. 
  • No debemos olvidar que cada cante está sujeto a variaciones o modalidades distintas por razones geográficas o personales; ejemplo de ello son los fandangos locales,los llamados “tangos del Piyayo” e incluso los grupos adicionales que ya hemos expuesto.
  • El hecho de clasificar es solo una herramienta para optimizar el aprendizaje, siempre y cuando no se encasille ni se acartone ningún tipo de información en torno al cante o a cualquier elemento a estudiar dentro del flamenco.


Para finalizar, siempre tengan presente: el Flamenco es interminable como el agua en la tierra, como nunca terminaremos de conocerlo en su totalidad, no hay verdades absolutas. Es por esta razón que debemos dedicar parte de nuestro día a día a estudiarlo con respeto y dedicación.


Referencias Bibliográficas:
- Barrios Lirola, F. (2018). Claves del Flamenco: Cante. [Blog en Línea]. Recuperado de http://www.queeselflamenco.com/claves-del-flamenco/cante/
- Iniciación al Flamenco (2011). Pequeña guía para iniciación al flamenco: cantes de ida y vuelta. [Blog en Línea]. Recuperado de https://iniciacionalflamenco.blogspot.com/2011/11/pequena-guia-13-cantes-varios.html
- Iniciación al Flamenco (2011). Pequeña guía para iniciación al flamenco: el grupo de las cantiñas. [Blog en Línea]. Recuperado de https://iniciacionalflamenco.blogspot.com/2011/11/pequena-guia-12-el-grupo-de-las.html 
- Iniciación al Flamenco (2011). Pequeña guía para iniciación al flamenco: cantes de levante. [Blog en Línea]. - Recuperado de  https://iniciacionalflamenco.blogspot.com/2011/10/pequena-guia-11-cantes-de-levante.html
- López Ruiz, L. (2007). Capítulo 4: El Cante. En Guía del Flamenco Básica de Bolsillo (pp. 35-79). (3era. Ed). Madrid: Ediciones Akal.

Creado por: Vania Dos Reis.
Fotografías: Ronald Di Zio.


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