Estudiaré hasta el último día de mi vida.

Estudiar para mí es algo tan vital como respirar o comer, la necesidad que siento por estar en constante desarrollo es enorme y es por eso que nunca dejaré de recibir clases, asistir a talleres o tomar algún cursillo que me llame la atención. Si de algo estoy segura es que nunca lo sabremos todo, siempre hay algo más... Y no sé si es porque tengo un espíritu curioso e inquieto, pero es que cada día deseo saber más cosas y la razón es que parte de mi sueño es convertirme en la mejor y más completa versión de lo que soy.


Por otro lado, cuando estudiamos es primordial tener una mente abierta, es necesario saber que cada maestro es un mundo... Cada uno tiene sus teorías, sus técnicas, sus lenguajes, sus recursos y sus verdades; es por eso que cuando nos ponemos en la posición de alumnos, debemos respetar la forma y el fondo de lo que se nos enseña, para luego aplicar lo que nos gusta y nos funciona en nuestra forma de bailar o en algunos casos de dar clases también.

Del mismo modo, mientras más estudiemos, más respetaremos y valoraremos a quienes nos enseñan, así como también podremos desarrollar la madurez para convertirnos en los instrumentos de nuestros coreógrafos o directores, sabiendo qué, cómo y cuándo hacer las cosas.


Aquí les comparto algunos de los beneficios que tiene el nunca dejar de estudiar:
- Nunca nos aburriremos de lo que hacemos.
- Nuestro cerebro siempre estará alerta.
- Aumentamos de manera natural nuestros recursos.
- Ayuda a potenciar nuestro autoestima.
- Perfeccionamos las habilidades.
- Siempre tendremos nuevas herramientas para comunicarnos.


Para concluir quiero hablarles de mi maestro Oscar Quero, un ser humano extraordinario que ha logrado con mucha paciencia que mi cuerpo adopte nuevas formas... En este artículo quise mencionarlo porque él refleja todo lo que yo quiero llegar a ser, su ética, su trabajo, su dedicación y entrega, son algunas de las cualidades que admiro y es por eso que estudiar en su escuela es un sueño hecho realidad. Sus clases son horas de vida para mí y no puedo estar más agradecida por todo lo que he aprendido en tan poco.

Si están en Granada o piensan visitar esta ciudad, no duden en tomar clases con Oscar... Para mí es sin duda el mejor y les aseguro que no se arrepentirán.

Fotografía: Francisco Estrada.

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